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Endogámicos

Foto del escritor: Cristián Cofré LeónCristián Cofré León

Con cierta frecuencia aparecen publicaciones en redes sociales donde se dice que tenemos 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos, etcétera, etcétera. Una progresión geométrica de 2 elevado a n, donde n es el número de generaciones. Bueno, lo anterior es falso completamente. Y es fácil de demostrar, por ejemplo, en 30 generaciones, es decir, por el año 1000 DC, más o menos cuando vivía Guillermo el conquistador o el Cid Campeador, deberíamos tener más de 1.000 millones de antepasados. Cuestión imposible, porque hacia esa fecha en toda la Tierra no vivían más de 265 millones de personas.


Hasta aquí me parecía que no debería haber novedad, aunque como lo decía al comienzo, sigo viendo esas publicaciones…


Ahora bien, lo que me parece más interesante, es aquilatar que cada uno de nosotros tiene distinta cantidad de antepasados. Claro, es evidente que un hijo debería tener más ancestros que cualquiera de sus padres, pero si se compara con un primo, de la misma generación, uno tendrá más antepasados que el otro. ¿No me crees, cierto? Para que quede claro lo que quiero decir, consideremos dos personas nacidas en el año 2000 en el mismo país, una en un pueblo y otra en una ciudad. Si pudiéramos hacer el árbol genealógico totalmente completo de cada una, digamos 30 generaciones hacia atrás (soñar no cuesta nada); al contar la cantidad de ancestros de cada individuo y compararlas, veríamos que las cifras son muy distintas.



¿Qué es la Endogamia?


Lo anterior pasa porque los caminos que tomaron nuestros antepasados son diferentes. Piensa en una isla que, supongamos, fue poblada originalmente por 50 familias y durante 15 generaciones prácticamente nadie del exterior migró a ella. Al cabo de unos 450 años me imagino que te darás cuenta de que la inmensa mayoría de los habitantes serían parientes. Y varias veces primos. Si te parece algo muy extremo, mira el caso de Islandia o Finlandia. En determinados momentos históricos muchas poblaciones se comportaban como islas. Y mientras menos gente había en el planeta más probabilidad de formar pueblos apartados. En pequeñas localidades, digamos del siglo XVIII y XIX era muy usual casarse con parientes. Por ejemplo, en Chile me he topado con muchísimos casos, algunos extremos como el que pueden ver acá:


Antepasados de un hipotético Aureliano.
Antepasados de un hipotético Aureliano.

Desconozco (o no he querido averiguar) si este matrimonio tuvo hijos, así que le puse Aureliano para ejemplificar (qué maldad, lo sé). Es impresionante, no? En el mejor de los casos, de los 16 tatarabuelos distintos que se esperarían, Aureliano tendría sólo 6. Y más aún, entre esos 6 también había parentescos.


La falta de elección obligaba a los habitantes a formar parejas con parientes, no quedaba otra. La endogamia ocurre cuando tienes hijos con parientes. Esto por supuesto en periodos prolongados traía consigo problemas genéticos debido a la poca variedad de genes y a la reiteración de los defectuosos, lo que provoca problemas de salud y mentales. Ojo que es en el extremo, con reiteración prolongada por varias generaciones. De ahí que en la cultura popular incluso se diga que los padres de tal persona (usualmente diputados chilenos) eran primos.


Pero, también hay endogamia por elección, como en el caso de una estrategia de alianzas políticas, cuestión que pasó con la Casa Real de los Habsburgos y el desafortunado Carlos II el hechizado, el heredero de todos los genes defectuosos de su linaje. También por temas culturales o conservación del patrimonio se unían entre parientes.


Volviendo a la imposibilidad de que tengamos la cantidad de antepasados geométricos que comentaba al comienzo, supongo que ya caíste en cuenta que la única forma para que no tengas más de 1.000 millones de antepasados en 30 generaciones es que tus ancestros fueran endogámicos y lo míos también y los de todo, absolutamente todo el mundo. Somos un producto de la endogamia.



Más o menos antepasados


Cuando he conversado con algunos genealogistas españoles, me he dado cuenta de que muchas veces su genealogía “cae” en pueblos que no distan más de 30 kilómetros de distancia, donde sus ancestros estuvieron moviéndose entre ellos y prácticamente con muy pocos foráneos incorporados. Lo encontraba muy limitante porque en el caso de los latinoamericanos, que tenemos sangre de al menos tres continentes, la procedencia de los ancestros es muy variopinta. Desde luego, tenemos antepasados indígenas que la inmensa mayoría de los españoles no, tenemos africanos que los españoles no. Pero, más interesante aún, tenemos antepasados españoles repartidos por toda la península, que los mismos españoles me parece que no pueden lograr en su mayoría.


Desde el siglo XVI las continuas migraciones de habitualmente todas partes de España y Portugal hacia América, posibilitaron que nuestros árboles genealógicos tengan antepasados de todo el mapa ibérico, que vivieron en territorio de todas las actuales comunidades autónomas, como compruebo en varios casos. Y creo que es por eso mismo que en América un ciudadano común y corriente puede descender de reyes y esclavos, mientras que para ciudadanos comunes y corrientes en España no es tan "fácil" que avancen tanto. En América realmente se creó un mundo nuevo, con una nueva sociedad, donde los nietos de nobles españoles se unían con nietos de pecheros y con mestizos y mulatos. Una mezcla enorme.


No tengo nada contra los españoles, por si acaso, es sólo para comparar.


En América no estamos exentos de esa endogamia de pueblos, por si acaso, ya lo vimos con Aureliano; pero sí tenemos más variedad en general y también tenemos muchos espacios vacíos de antepasados indígenas y africanos que no tenían escritura como para preservar la memoria de sus ancestros.


No te asustes si en tus investigaciones ves aparecer la endogamia. Piensa que es parte de lo que somos, casi una ley humana.



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