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Juegos y entretenciones (II)

Actualizado: 19 abr 2019

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PAREJAS DE CABALLOS


Don Eugenio Pereira creía que las carreras de resistencia, debieron ser las más antiguas relacionadas con caballos en Chile. Debían recorrer unas dos leguas largas, casi 10 kilómetros y ganaba el primero que llegaba.


Luego, debieron aparecer las carreras de corta distancia, entre una y tres cuadras, en las que competían sólo dos caballos con sus jinetes en una pista de unos ocho metros de ancho. Estas carreras podían ser de “largada”, donde eran llevados los caballos por un guiador hasta una raya de partida, una vez dispuestos, el gritón daba la partida y rápidamente los guiadores debían eludir las embestidas de los animales para que estos desplegaran su velocidad. "Sobre galopando" era otro tipo de carrera, donde no se daba grito de partida y los caballos debían salir unos pocos metros, volver al punto de partida e inmediatamente comenzar la carrera.


Una variante de la última mencionada, fue la de "parejas", donde ambos jinetes se iban con sus caballos al fondo de la cancha e intentaban llegar a la raya lo más emparejados posibles y si el gritón los encontraba bien (ningún caballo muy delante del otro), daba el grito y la carrera se consideraba válida; de lo contrario se repetía todo.


En las carreras de caballos se podían concertar serios compromisos, tanto así que se realizaban contratos de apuestas entre los dueños de los caballos, verdaderos desafíos que incluían la fecha, el tiro o distancia de la carrera, quienes serían los veedores y lógicamente los montos involucrados; que podían representar en algunos casos verdaderas fortunas.


Estas carreras se organizaban principalmente en los meses de abril, mayo y junio; y concurría buena parte del pueblo que también apostaba por los caballos de preferencia, unos con reales contantes y sonantes y otros con especies como “cinco bueyes de labranza”, “15 cabezas [de ganado vacuno] de dos años”… Señala Pereira que esta entretención duraba de cuatro a cinco días; así que para alojar levantaban ramadas y se generaba un mini mercado más allá de las apuestas, donde también participaban las mujeres.


Pese a las medidas adoptadas para que la competencia llegara a buen término, hubo varias disputas entre los principales apostadores. En 1771, “Carrizo” y “Piragua” compitieron en la fiesta de Santiago Apóstol, pero la carrera fue declarada nula “por la sobrada malicia de haber metido gente a la cancha que espantó el caballo de don Andrés Ureta”, o “por agarrada de rienda” se dio por no corrida una carrera en Curacaví. Hasta brujería se esgrimió luego de una corrida en Quillota.