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El misterio del calendario de fiestas

Actualizado: 20 abr 2019

A propósito de Semana Santa, hace unos años encontré un documento que me llamó la atención porque era distinto, acabando la monotonía de la lectura, así que decidí entender de qué se trataba[1].


La antigua doctrina de San Pedro, ubicada en la actual Región Metropolitana de Chile, se llamó también Santo Domingo de Pucauquén, San Pedro de Chocalán y finalmente solo San Pedro, que para distinguirla de otras, coloquialmente le agregan “de Melipilla”. En su mayor extensión, abarcaba entre el río Maipo y el Rapel y de la cordillera de la costa al mar (a excepción de un lugar conocido como Santa Inés que perteneció a la doctrina de Peumo). Era grande, incluía las actuales comunas de San Pedro, Alhué, Santo Domingo, y parte de Las Cabras y Melipilla. Su archivo parroquial lo conozco bien porque tengo varios antepasados ahí.


En el libro número 1 de bautismos, entre las fojas 34 y 39, hay un documento al que le falta la primera y última parte. Se trata de un calendario de festivos, muy distinto al actual, y su introducción dice así:

Inmediatamente después se podía leer el mes y el tipo de feriado para todo el año. Solo del mundo católico, obviamente. Dos cosas me resultaron interesantes y que desconocía, que los indios tenían festivos distintos a los “españoles” y que había dos tipos de festivos, los de total descanso y los medio festivos, o sea, luego de la misa se volvía a trabajar.


Ahora bien, había un detalle, no sabía a qué año correspondía el calendario. Y me resultaba importante porque las fiestas fueron cambiando durante la conquista, colonia y república. Y así comenzó el misterio… ¿Podría develar el año? Debo reconocer que se volvió un desafío intelectual, un puzle. Te animo a continuar con esta investigación, en el camino se aprenden cosas muy curiosas.


Para determinar el año, lo primero que hice fue observar el libro de bautismos, los extremos eran 1680 y 1809, así que pensé que ese calendario debió estar entre ambas fechas. Tenía 130 alternativas. Luego, como este documento estaba entre medio del libro, cotejé los bautismos inmediatamente anteriores y posteriores, de esa forma tendría las cosas más claras. Pero me encontré que los bautismos que estaban justo antes del calendario eran de 1780, mientras los que estaban después, de 1681. Quedé igual o quizás peor, porque ahora el calendario podía ser de otros años distintos de los extremos del libro.


Sólo mirando el párrafo del documento trata de avanzar en un rango de fechas posibles, por tu cuenta, ¿llegaste a algo? ¡Veamos si pensamos parecido!

Un detalle que observé fue la letra, a simple vista me parecía de mediados del siglo XVIII, pero tampoco me aclaraba el tema. Otra referencia era que se hablaba del Obispado de Santiago, lo que aunque me parecía una buena pista, resultó no serlo tanto, ya que dejó de existir como tal en 1840 cuando se creó el Arzobispado y hacia esas fechas, ya no existían “indios” ni “españoles”, denominaciones que dejaron de usarse aceleradamente luego de la independencia, en 1818.


Otro detalle sería la referencia a la “Bula Novísima” del papa Benedicto XIV, esta pista parecía más prometedora y lo fue, porque el papa gobernó entre 1740 y 1758. Consulté en internet y encontré que la gracia de esa bula era que disminuyó la cantidad de festivos ¡porque se trabajaba poco! Claro, resulta que antes se llegaron a tener más de 100 días festivos al año. Debo reconocer que imaginé cómo sería tener 100 feriados...


Volviendo a lo que nos convoca, la bula fue publicada el 15 de diciembre de 1750 y extendida a “Indias” el 29 de abril de 1751; por lo tanto el primer calendario con los nuevos feriados solo pudo aparecer a partir de 1752 en Chile.


Excelente, ahora tenía un rango, el calendario era de algún año entre 1752 y 1818, tenía 67 opciones, casi la mitad del comienzo. ¿Llegaste a un resultado similar?


Meses y celebraciones


Ahora era momento de entender algo más sobre días festivos católicos. Y surgió una pista más que interesante. Hay dos tipos de feriados, los móviles y los fijos. Un feriado fijo es el 25 de diciembre, nunca cambia de fecha; pero la semana Santa varía casi siempre. ¿Qué tal si lograra entender cómo funcionan los festivos móviles y ver si hubiera alguna pista que se pudiera seguir?


Bueno, en la tabla siguiente se nombra la festividad y el cálculo de las fechas. Cuando me metí en esta investigación detectivesca no tenía idea de qué forma se establecían los días de celebración.



¿Qué es el plenilunio?

Si lo dedujiste, te felicito: es la luna llena. En este caso, es la primera fiesta la que importa, la Pascua de Resurrección, porque las otras dependen de ella. Entonces hay que buscar el día en que haya luna llena en marzo, ¡y el siguiente domingo sería la Pascua de Resurrección!


En el calendario, la Pascua de Resurrección cayó en abril, mientras que las otras tres fiestas en junio. Este 2019, por ejemplo, las otras tres fiestas cayeron entre mayo y junio.


Pero, ¿cómo sabría cuándo ocurrió la luna llena de marzo en algún año entre 1752 y 1818? Encontré un programa en internet donde aparecían las etapas de la luna desde 1753, pero tuve dudas sobre su exactitud. Así que pensé que alguien tuvo que calcularlo en aquella época, sin computadores… Y hallé un “Tratado de cosmografía del Curso Matemático para la instrucción de los Militares (1739–1779)”, en el que salía cómo calcular cuándo caería la luna llena de marzo, y no era tan simple. Primero había que saber cuál será la “epacta” de cada año; vale decir, la edad de la luna el 1 de enero, pero para obtenerla debía saber el “áureo número”… Bueno, este número surge de la diferencia de calce entre el año solar y el lunar. Enredado, pero con una fórmula sacada de ese tratado llegué a calcular el pleniluneo para los años en cuestión.


Y había un detalle importante del calendario, para que las últimas tres festividades cayeran en junio, la Pascua de Resurrección debería haberse celebrado entre el 23 y el 30 de abril. Si fuera el 23 de abril, 39 días después (la primera de las tres fiestas que seguía a Pascua de Resurrección) caería el 1 de junio y si fuera el 30 de abril, la última celebración de las tres caería el 29 de junio. Ya tenía menos posibilidades.


Entonces, entre los números áureos, epactas, novilunios, plenilunios y los días correspondientes a cada fecha, llegué a una suerte de años que durante el período estaban más cerca de lo que necesitaba (básicamente si utilizaba las epactas 25 y 26), vale decir, un año para el cual la Pascua de Resurrección cayera en abril y el resto de las fiestas en junio.


Ahora bien, si puedes observar lo mismo que yo, resulta que increíblemente ¡solo había una posibilidad en el período! La Pascua de Resurrección del 24 de abril de 1791. Y por lo tanto, el calendario buscado era el de ese año, mientras que el documento fue escrito el año anterior, 1790. Hubo una cuota de suerte, ya que esta misma situación del calendario se daba entre una y dos veces por siglo solamente.


1791 sería el año del apresamiento del rey Luis XVI de Francia, que como sabemos no terminó bien, ni para él, ni para su familia. En Estados Unidos se aprobaron las 10 primeras enmiendas. Mientras en España Carlos IV cumpliría 3 años de su reinado; el que duraría hasta 1808 cuando abdicó a favor de su hijo y éste en José Bonaparte. En Chile gobernaba Ambrosio O’Higgins, quien ese año suprimió las encomiendas y fundó la villa de Santa Rosa de los Andes.

Scenes at a fair, Memoria Chilena

Las celebraciones coloniales eran básicamente de carácter religioso, aunque también había fiestas civiles que estaban ligadas a la monarquía, como el nacimiento de un heredero o la ascensión al trono de un nuevo rey. En ambos casos, las festividades se realizaban con solemnidad. Se acostumbraban las procesiones, con participación de cofradías, e incluso se creaban escenografías apropiadas. El gobernador Guill y Gonzaga ordenaba en 1762 que la fiesta del Misterio de la Inmaculada Concepción debía celebrarse con luminarias en las casas; la víspera, el día, y el día siguiente; so pena de $4 de multa. En el mundo rural, en Alhué, se decía que los feligreses de 1765 con grande docilidad concurren a los sermones y a oír el Santo Sacrificio de la misa que en el presente se celebra los días festivos por seis u ocho sacerdotes y hay días de diez y doce.


Los sacerdotes a través de sus homilías realizaban discursos sobre materias sociales, políticas y económicas que debían seguir sus feligreses. También había espacio para el jolgorio, con obras de teatro, torneos, banquetes, corridas de toro, y juegos populares como el palo ensebado, la sortija, y muchos otros. Debió ser un gran espacio de encuentro social. A continuación el calendario de 1791.


* Festividades de los indios. Notar que ellos en Pascua de Resurrección y Pentecostés solo celebraban el primer día, totalizando 12 fiestas en el año, más los domingos.

De los 19 días, sólo 5 de ellos se mantienen actualmente, aunque se incorporaron como feriados religiosos otros que antes no estaban: Viernes y Sábado Santo, la Fiesta de la Virgen del Carmen, y el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes. Totalizando 9 feriados religiosos, que sumados a los 6 de orden civil, nos dan los 15 feriados actuales.


Por último, y para que la añoranza de haber “perdido” feriados no nos deje un gusto amargo, debo mencionar que en aquella época colonial la mayoría de la gente trabajaba de lunes a sábado y de sol a sol.



[1] El artículo original lo publiqué bajo el título: El misterio del calendario colonial en REH N° 58, pág. 330, ICHIG, Santiago de Chile, 2016. Allí se explican con más detalle los cálculos.


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